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domingo, 11 de diciembre de 2011

Viñetas y dibujos de Juego de Tronos... y de cómo no supe descubrir esta joya


He de reconocer que, al contrario que otras ocasiones, me estoy leyendo la saga de Canción de Hielo y Fuego, más conocida por el nombre de su primera novela Juego de Tronos (nombre en TV), precisamente por la adaptación televisiva.

Dos años antes de que saliese a la luz la serie Game of Thrones ya tuve ante mí  la primera novela... solo que me la pasaron digitalizada, para leerla desde el ordenador. Y llamadme clásico pero no me gusta leer sobre una pantalla iluminada, salvo que fuera un eBook que desgraciadamente no tengo. De hecho sólo me he leído dos libros en mi vida prescindiendo del papel, uno es el último libro de Harry Potter (que me lo leí en el ordenador y en inglés antes de que llegara la versión en español) y El Símbolo Perdido (que me lo leí desde mi móvil).  Así que tal vez sea por esa manía que tengo a leer sobre una pantalla que me impulsa a querer valorar negativamente un libro para tener la excusa de no leerlo, pero así empecé Juego de Tronos, leyendo el primer capítulo y abandonándolo. No me pareció un mal libro, y estaba bien escrito, pero había poca explicación y muchos nombres, y amenazaba con ser un mundo demasiado complejo para entenderlo pronto, así que lo aparqué.

Mi sorpresa fue que a los dos años descubrí la adaptación televisiva de Juego de Tronos y empecé a verla. En inglés, por supuesto. Esta es una serie que hay que ver en versión original. Y, como a todos los que hemos decidido darle una oportunidad, me enganchó. La serie de televisión es una de las mejores series de la historia de este medio, con un casting competente, una caracterización fabulosa, un entorno increíble y una fotografía maravillosa. Y así entré en Invernalia, y en Desembarco del Rey, y en las Ciudades Libres, y en el reino más allá del Muro... y entonces decidí volver a darle una oportunidad a los libros y mi percepción cambió. Fui muy estúpido, yo que me jacto de leer los mejores libros, ya que dejé escapar una saga que sólo puedo calificar de perfecta.

Como ya me había leído el primer libro pasé directamente al segundo, Choque de Reyes. Y aunque son libros gordos, con miles de páginas, no son nada pesados de leer, porque el argumento engancha y porque con George R. R. Martin no puedes esperar ni adivinar qué va a ocurrir, porque tiene la malvada habilidad de matar personajes protagonistas en cuanto empiezas a cogerles un poco de cariño.  Además el estilo narrativo es fabuloso, ya que está narrado en tercera persona pero siempre desde el punto de un personaje, conociendo sus pensamientos, sus miedos, sus secretos...


Viñetas, cómics, dibujos e ilustraciones de Juego de Tronos

Una vez explicado cómo no supe descubrir antes Juego de Tronos, os dejo con algunas viñetas de humor, dibujos e ilustraciones que he encontrado en Google sobre esta serie. No son míos ninguno, eh, simplemente son de Google. No pongo quién es el autor porque eso es muy confuso, porque muchas veces los encuentro en webs que las recogen pero no aclaran la fuente, así que ruego que me disculpen.












miércoles, 29 de diciembre de 2010

En el Fondo Norte de Crackovia (especial Navidad)

En este post os quiero recomendar un programa de la televisión autonómica que es una referencia en creatividad, humor y chispa. Hablo de "Y en el fondo norte de Crackovia", la sección zaragocista dentro del programa Crackovia de Aragón TV que se emite los lunes por la noche. Con lo mal que está el equipo blanquillo, consiguen sacarnos a todos, incluso a quienes no les gusta el fútbol, una sonrisa, gracias a los geniales guiones de Bernal y compañía y a un magnífico elenco de actores que saben caracterizar con mucha personalidad a los personajes. Como muestra os dejo el especial de Navidad, donde imitan el cuento de Charles Dickens (Cuento de Navidad) con Agapito Iglesias de protagonista. Memorable.

martes, 15 de diciembre de 2009

Con sentido del humor... (Carta abierta a Hermann Tertsch)

El malogrado pero siempre genio Andrés Montes, más filósofo que periodista, insistía en sus retransmisiones en que "la vida puede ser maravillosa". Y así es, pero a su vez la vida puede resultar muy dura. La mejor forma de afrontar la cruda realidad es con una sonrisa, y si es posible, transmitir esa sonrisa a quienes te acompañan. El sentido del humor es un don que tristemente algunos ni valoran ni respetan.
Recientemente ha saltado la polémica por unos video-montajes de El Intermedio en relación al periodista de Telemadrid Hermann Tertsch (*el video está debajo). En ellos transformaban una frase de Tertsch en el que decía que "si pudiera matar a 15 o 20 terroristas por salvar la vida de 3 compatriotas, lo haría sin ninguna duda".
En modo irónico esas en sí duras declaraciones se transformaban, pero evidenciando que lo que se veía era un montaje, ya no solo porque se notan los cortes de sonido sino porque es una sección habitual del programa que se presenta con unas cortinillas de imagen y sonido. Pues bien, Hermann Tertsch, de ideología conservadora, ha demandado a LaSexta y a El Intermedio por esa manipulación.
Yo lo que le aconsejaría al señor Hermann Tertsch es que tuviera más sentido del humor. No seré yo, ni mucho menos, quien comparta ideología con el señor Wyoming o en general con la tendencia de LaSexta, pero alabo su sentido del humor. Y aunque a veces sean tendenciosos, en El Intermedio, que es un programa de humor, he visto mofa de todo el plano político, desde Izquierda Unida hasta el PP pasando también por el PSOE. Por ello, no se sienta usted perseguido o vilipendiado por ser de derechas, ni vea esto como un ataque de la izquierda propagandista. Porque para mí uno de los grandes éxitos de la democracia es la libertad de expresión, una libertad de expresión que nos hace libres para reirnos de lo que queramos, una libertad de expresión que encumbra y saca de la jaula el sentido del humor. Y si no le gusta, se aguanta.

Así mismo aprovecho este espacio para criticar igualmente la agresión física que ha sufrido, un acto de cobardía y autoritarismo que demuestra que las izquierdas y las derechas cuando se radicalizan, son iguales.  Sin embargo yo dudo mucho de que haya relación entre su agresión y la denuncia a El Intermedio, como algunos quieren hacer ver dándoselas de pitonisos. Por ello le mando ánimos y le deseo una pronta recuperación, y que ese hecho no le amedrante en defender sus ideas, porque es justo que lo haga y es libre para hacerlo, pero permita que los demás sean libres también y, al menos, viva con sentido del humor.






lunes, 18 de mayo de 2009

¿Nos manipulan los medios de comunicación?

Los medios no nos manipulan, ni muchos menos, y es una osadía admitirlo. O al menos no nos manipulan más que muchas otras opciones.
Quien lo afirme eso taxativamente, está reconociendo la omnipotencia de los medios de comunicación, nada más alejado de la realidad.
Muchos dicen: “es que hace eso porque lo ha visto en la tele” o “piensan así porque lo defienden en los periódicos”, pero aún aceptando que puede hacer así también mucha gente modifica su comportamiento, por ejemplo, por lo que vive o aprende de su entorno social.

Mi postura es que los medios no dejan de ser personas, jurídicas eso sí, pero personas. Y como todas las personas, como cualquier individuo, tienen capacidad de manifestar de distintas maneras y comunicar aquello que creen conveniente y de la manera que creen conveniente.
Un ejemplo bien claro de cómo se adaptan los medios, como otras personas, a lo que ven necesario para sus intereses, lo encontramos a comienzos del siglo XIX. El periódico francés Le Moniteur narra la vuelta de Napoleón desde su exilio en la isla de Elba a los Campos Eliseos. Tan curioso como lo siguiente:
- (9 de marzo de 1815) EL MONSTRUO escapó de su lugar de destierro.
- (10 de marzo) EL OGRO CORZO ha desembarcado en Cabo Juan.
- (11 de marzo) EL TIGRE se ha mostrado en Gap. Tropas avanzan para detener su marcha.¡Concluirá su miserable aventura como un delincuente en las montañas!.
- (12 de marzo) EL MONSTRUO ha avanzado hasta Grenoble
- (13 de marzo) EL TIRANO está ahora en Lyon. Todos están aterrorizados por su aparición.
- (18 de marzo) EL USURPADOR ha osado aproximarse hasta 60 horas de marcha de la capital.
- (19 de marzo) BONAPARTE avanza a marchas forzadas, pero es imposible que llegue a París.
- (20 de marzo) NAPOLEON llegará mañana a las murallas de París.

Yo no considero esto una manipulación mediática, sino un comportamiento humanamente razonable. Los medios, como las personas, cambian de opinión o de manifestación según les convengan.
La manipulación no solo corresponde a los medios, sino a cualquier persona que manifieste una opinión, un deseo o una información. Manipula quien comunica, cualquiera, en la medida en la que hay alguien que recibe la señal y lo acepta. La época de los todopoderosos medios de comunicación, capaces de someter a la población, solo se produce cuando hay una ausencia de libertad de pensamiento, acción, reunión, etc. Los medios omnipotentes murieron junto a los nazis, los comunistas y otros poderes dictatoriales.
Desde entonces existen una gran cantidad de medios, de una psicología totalmente heterogénea. Cualquier persona puede adaptarse al medio que desee ya que existen prácticamente hoy en día medios para cada ideología. Los medios no pueden sino reforzar esa idea.

Los medios son otro factor externo que pueden influir en la vida de un individuo, pero en eras donde no existían estos medios de comunicación de masas, la gente terminaba siendo igualmente manipulada. Cuando en la Edad Media llegaba un trovador a las ciudades y pueblos, la ciudadanía también se quedaba embelesada con sus cantos y creía sus exageradas historias. Una época donde también falsos profetas prometían salvación, redención y otras utópicas virtudes a cambio de la compra de falsos bulos. En España, a comienzos de esa Edad Media, los hispanos del norte se alzaron en armas contra los árabes en la gran guerra de la Reconquista. Lo hicieron exaltados sin, oh sorpresa, medios de comunicación que les pudieran haber manipulado. El boca a boca, la figura del líder, los debates de taberna y los discursos pomposos ejercían entonces una influencia.

Hoy en día ¿cuál es el problema? Pues que admitiendo que los medios de comunicación no son omnipotentes sí que es cierto que, en la medida en la que alguien introduce en su entorno íntimo la televisión, la radio, la prensa o Internet, valorándolo sobre manera, puede construir ahí su personalidad.
La gente se suele enganchar siempre a una corriente, y tal vez engancharse a la televisión es lo más sencillo. Pero ¿acaso en los medios de comunicación se hace apología nazi, fascista, ecologista, ultracatólica, nacionalista, etc.? Pues sí, en algunos escasos medios pero que no son mayoritarios, pero sin embargo estos sectores existen. ¿Y acaso no dicen todas las televisores que fumar es peligroso, que hay que tener más precaución al volante, etc.? ¿Y acaso no es cierto que hay mucha población que hace caso omiso de estos consejos?
Por lo tanto mi opinión es que los medios, como personas (jurídicas en este caso), tienen una capacidad de influencia en las personas tan grande como cualquier otro miembro de su entorno. Lo mismo puede modificar tu conducta los medios que tu grupo de amigos, tu familia, tu pareja o el marco geopolítico y económico en el que te desenvuelvas. Los medios no son omnipotentes y quien así lo crea está cometiendo una temeridad.

miércoles, 28 de mayo de 2008

EL APARTAMENTO

El Apartamento es una tragicomedia estadounidense de 1960 dirigida por el celebérrimo Billy Wilder y protagonizada por Jack Lemmon, Shirley MacLaine y Fred MacMurray. La película fue galardonada con tres Oscar a la mejor película, al mejor guión original y al mejor director, y es considerada como una de las grandes obras cinematográficas del siglo XX.

El filme narra la historia de C. C. Buxter (Jack Lemmon), un empleado que trabaja en una compañía de seguros en el barrio neoyorkino de Manhattan y cuya máxima ambición es crecer laboralmente en la empresa. Para ello no tiene problemas en conceder numerosos favores a los superiores y les presta su apartamento para que acudan allí con sus conquistas. Al final la dedicación da fruto y le proponen para un ascenso. Sheldrake (Fred MacMurray), director de Recursos Humanos, descubre el motivo de tan repentina promoción pero éste, en vez de tomar medidas, exige permiso para entrar en el reparto del apartamento y llevar ahí a su amante. Pero Buxter termina descubriendo que ésta no es otra que Fran Kubelik (Shirley MacLaine), la guapa y joven ascensorista de la que está enamorado. Al final la trama entra en una espiral de secretos, riesgos, mentiras y promesas que termina con Fran y Buxter dándose cuenta de que viven en un mundo que no les pertenece.

El Apartamento es una película que habla de las personas, de una nueva forma de vida que surgía a finales de los 50 en los países occidentales, esa manera de vivir que luego se llamaría estrés dentro de una sociedad tan burocratizada en la que al final los individuos se alienan y en la que no tiene importancia la abeja sino el panal. Y esta realidad se presenta de forma sublime ambientada en uno de los centros económicos mundiales como es Nueva York (por aquel entonces con ‘solo’ ocho millones de habitantes) aunque el propio director reconoció que “podría ser cualquier ciudad… salvo Moscú”. Dentro de ese barullo y el bullicio general existe un trabajador realmente ambicioso que hace lo que sea para ascender dentro de su compañía, aunque en ello se deje la dignidad. Wilder refleja fielmente las consecuencias de ese estilo de vida: la soledad, la confusión, la crono-dependencia, la comida preparada o la explotación laboral, a la que se le unen elementos siempre morbosos como la infidelidad, la honestidad, la ignorancia, el secretismo o la mentira.

Billy Wilder conjuga en 125 minutos la comedia (sobre todo sugerida por un lúcido Jack Lemmon), el melodrama, la sátira, la farsa, la crítica, la psicología y el esperpento. Como si de Luces de Bohemia se tratase, Wilder se viste de Valle-Inclán y presenta un mundo caótico y exagerado que termina resultando cómico pero a la vez dramático y esconde un trasfondo de crítica social. Como muestra, hay una escena en la que C. C. Buxter conoce en un bar a una mujer y terminan emborrachándose y bailando de una forma muy extraña, mejilla con mejilla. La situación parece cómica, pero no lo es y esconde un trasfondo de frustración, confusión y sufrimiento.

Siguiendo con el guión de El Apartamento Wilder se aleja de la demonización social del tercero en discordia en una relación, del que es causante de una separación o un divorcio matrimonial. En esta película quien desempeña ese papel es Fran Kubelik, quien en realidad se presenta como una joven romántica, enamorada, que no quiere estropear una relación y que al final se deja engañar con falsas promesas de divorcio.

En cuanto a elementos formales es llamativa la presentación casi teatral. Toda la película se desenvuelve, en general, en planos enteros, planos conjuntos y planos americanos. Llama la atención que no hay presencia, o es mínima, de panorámicas, planos detalles o primeros planos. También es de reseñar la habitual aparición de largos fundidos, como queriendo dar un respiro al espectador entre tanto caos burocrático y psicológico.

En la película existen tres elementos con una enorme fuerza expresiva:

  • La llave: la llave del apartamento es el instrumento que va pasando de mano en mano mediante un sistema de reparto de tiempo que organiza Buxter para contentar a sus superiores. Pero este elemento no es intrascendente porque cada vez que Buxter presta su llave está prestando también su dignidad, permitiendo ser pisoteado y extorsionado a cambio de alcanzar su meta de ascender laboralmente en la compañía y llegar, cuanto antes, al piso 27.

La llave también tiene un uso importante al final de la película cuando Sheldrake le exige de nuevo la llave a Buxter y éste se niega, entregándole una llave que no es la suya, sabiendo que ese gesto supone su despido de la empresa. Recupera la dignidad que tantas veces había entregado. Ahora la dignidad es suya y se la queda él.

  • El espejo roto: la ascensorista Fran Kubelik, en una secuencia, se mira al espejo de mano roto y dice: “me gusta mirarme en él, porque veo cómo me siento”.

El valor simbólico de este elemento es importante. En ese espejo roto se miran los tres protagonistas: el ejecutivo sin moral, el trabajador ambicioso y la chica romántica. Refleja el doble aspecto de sus rotas vidas. Además el espejo protagoniza uno de los momentos de guión más ejemplares porque gracias a ese singular objeto Buxter descubre algo que va a marcar el desarrollo de la historia y algo que el espectador ya sabía desde hacía un rato. El maestro Hitchcock definió el suspense como algo que conocía el espectador y desconocía el personaje

  • El juego de cartas: cuando Fran está en reposo tras una grave ingestión de medicamentos Buxter le propone jugar a las cartas para entretenerla. Sin embargo el juego no termina porque la muchacha se queda dormida.

Pero al final las cartas vuelven a cobrar una gran importancia en un único y llamativo plano final entre ambos personajes. Esta vez quien lleva la iniciativa de jugar es Fran en un final anticlimático: Buxter le declara su amor y ésta contesta “calle y reparta”. Un final cómico en una película dramática.

El Apartamento no deja de incluir elementos cinematográficos clásicos como la referencia a algo ya mencionado o visto. A parte de la escena del espejo también existen otras referencias como cuando al final del filme Fran asegura que le enviará una tarta a Sheldrake por Navidad, haciendo alusión a un comentario que había hecho antes Buxter sobre lo que hace con una antigua novia suya.

También podemos apreciar en El Apartamento un guiño a la película de Casablanca. El local al que acuden Sheldrake y Kubelik para encontrarse está ambientado con música en directo de un pianista de color, en clara referencia al famoso pianista Sam de la película de Michael Curtiz.

En definitiva El Apartamento es una película clásica que está marcada en la historia del cine como aseguran también quienes más saben, los críticos, que valoran de forma muy positiva esta producción de 1960. Por poner algunos ejemplos, en palabras de José Luis Garci, productor, director, guionista y crítico de cine, “Billy Wilder fue el mejor guionista de su tiempo y El Apartamento una de las grandes obras urbanas de la historia del cine” y Eduardo Torres Dulce (El Mundo) asegura que “es una de las mejores radiografías de la condición humana”.

domingo, 6 de mayo de 2007

LA QUE SE AVECINA

http://www.youtube.com/watch?v=sygFn5gTCLQ
Como llevo un findesemana muuuy aburrido voy a publicar un nuevo post sobre la nueva serie de Telecinco: La que se avecina. Dicho programa conserva gran parte del reparto y equipo técnico de Aquí no hay quien viva, que se emitía en Antena 3.

El director de Telecinco, Alberto Carullo señaló que “la comedia refleja fundamentalmente dos mundos, el de las constructoras y el de cada individuo que tiene que encontrar un lugar para vivir, y ofrece además un retrato de tipos humanos que nos refleja a cada uno de nosotros en sus vivencias cotidianas con sus vecinos”.
La trama
La que se avecina relata en clave de humor las aventuras, conflictos y problemas cotidianos a los que se enfrentan los habitantes y trabajadores de Mirador de Montepinar, un edificio de nueva contrucción a "supuestamente" 15 minutos del centro. Una familia caótica, una pareja de recién casados, una Bridget Jones española, el “pesado oficial” del vecindario, dos prejubilados, un antisocial, un mileurista, un galán de telenovela, dos okupas y un matrimonio con niños son algunos de los personajes de “La que se avecina”.

Los pisos uno a uno
Los propietarios e inquilinos de los diez pisos y del local comercial del edificio, los empleados de la comunidad y los trabajadores de la constructora son los protagonistas absolutos de la nueva ficción de Telecinco.

Ático A: Sergio y Joaquín
Dos hermanos, un triunfador y un perdedor, viven juntos en uno de los dos áticos de la finca. Sergio Arias (Adrià Collado), egocéntrico e inmaduro, es un hombre de éxito gracias al papel de galán que interpreta en la telenovela del momento, mientras que su hermano Joaquín (Guillermo Ortega), un joven inseguro, obsesivo y mileurista, trabaja como vendedor de pisos del edificio a pesar de haber estudiado una carrera universitaria y un máster.

Ático B: Javi y Lola
Javi Maroto (Antonio Pagudo) y Lola Trujillo (Macarena Gómez) son una pareja de recién casados que descubren las dificultades de la emancipación y la aventura de la convivencia tras abandonar la casa de sus respectivos padres. Organizado y responsable, Javi asume la presidencia de la comunidad tras ser elegido por sorteo en la primera junta. Lola, por su parte, es una mujer caótica y contradictoria que no lleva bien el haberse mudado a la periferia.

2ºA: Amador y Maite
En esta vivienda, reside el matrimonio formado por Amador Rivas (Pablo Chiapella) y Maite Figueroa (Eva Isanta), padres de tres hijos de entre dos y cinco años. Él es un empleado de banca obsesionado con que sus hijos triunfen en la vida, mientras que ella es una ama de casa moderna que compagina su faceta como madre con su profesión de organizadora de eventos.

2ºB: Goya y Vicente
Los esposos Goya Gutiérrez (Beatriz Carvajal) y Vicente Maroto (Ricardo Arroyo), padres de Javi, son dos prejubilados que se mudan a un apartamento tras vender su piso del centro. Afectada por el síndrome de “nido vacío”, Goya echa de menos a su hijo después de que éste se casara y se fuera de casa y odia en silencio a su nuera. A diferencia de su mujer, Vicente está feliz con su situación de prejubilado.

2ºC: El moroso
Personaje misterioso que reside en la finca y a quien nadie ha llegado a ver todavía. Es el antisocial del edificio y cuando se dé a conocer, responderá al perfil de un profesional liberal de buena presencia, sin propiedades a su nombre y moroso. Sus singulares prácticas cotidianas contrastan con la armonía vecinal.

1ºA: Cris y Silvio
Tras ser abandonados por sus parejas, Cris y Silvio viven de alquiler en un piso propiedad de los Recio (1ºC). Su situación económica está marcada por la precariedad y ambos se apoyan mutuamente para sobrellevar sus desgracias sentimentales. Al igual que Bridget Jones, Cristina Aguilera (Malena Alterio) es una mujer neurótica y escéptica a quien todo le sale mal. Trabaja como comercial en una agencia de viajes, mientras que su compañero de piso, Silvio Ramírez (Roberto San Martín), joven que se autoproclama idealista y soñador, se gana la vida poniendo copas en un bar de ambiente. Viven con el perro de Silvio, Camilo, que tendra dos o tres aventuras durante el episodio.

1ºB: Leo
Considerado oficialmente como el “pesado” del edificio, Leonardo Romaní (Luis Miguel Seguí), hombre sociable por naturaleza y con gran incontinencia verbal, es el vicepresidente y administrador de la comunidad. Profesionalmente, desarrolla la labor de comercial en una compañía de regalos de empresa.


1ºC: Los Recio
A pesar de aparentar ser los vecinos perfectos, los Recio son un matrimonio paranoico, clasista y conservador que, además del piso en el que viven, poseen una segunda vivienda que tienen en alquiler. Antonio Recio (Jordi Sánchez) es mayorista de pescado congelado, un hombre amargado, impaciente y preocupado por los asuntos comunitarios. En la joyería de sus padres trabaja su esposa Berta Escobar (Nathalie Seseña), una mujer carente de sentido del humor e incapaz de olvidar los agravios.

Bajo B: Familia Pastor-Madariaga
Este clan, integrado por Enrique Pastor (José Luis Gil), Araceli Madariaga (Isabel Ordaz) -esposa del anterior-, Doña Charo de la Vega (Emma Penella) -suegra de Enrique- y Fran (Edu García) -el problemático hijo adolescente del matrimonio-, mantiene un enfrentamiento directo con sus vecinos de arriba: los Recio.

• Bajo A (piso piloto): Izaskun y Mari Tere
Izaskun Sagastume (Mariví Bilbao) y Mari Tere Valverde (Gemma Cuervo) son las dos okupas del piso piloto del edificio. La primera es una mujer desinhibida que vivía en una residencia hasta que decidió fugarse junto a su amiga Mari Tere, una viuda cándida, vital y positiva.


Empleados de la comunidad: Maxi y Coque
Separado de Izaskun hace años, Máximo Angulo (Eduardo Gómez) es el conserje de la finca, labor que desempeña según la ley del mínimo esfuerzo y aferrándose al convenio cuando las condiciones de trabajo no son de su agrado. Gracias a su desfachatez, consigue que Coque Calatrava (Nacho Guerreros), preso convicto en proceso de reinserción contratado como jardinero, le haga parte de su trabajo.

Trabajadores de la constructora: Eric y Raquel
Eric Cortés (Elio González) y Raquel Somoza (Vanesa Romero) son los representantes de la empresa constructora. Al igual que Joaquín, Eric trabaja vendiendo pisos y se muestra crítico con el actual panorama inmobiliario. Raquel, por su parte, es la directora comercial de la compañía que, a pesar de su agresividad profesional y su aparente seguridad en sí misma, acumula numerosos problemas sentimentales.

La peluquería AM : Fabio y Sandra
Este negocio impulsado por Araceli es el centro neurálgico donde las mujeres del edificio se reúnen para comentar y analizar las vicisitudes del vecindario. En él, trabajan el argentino Fabio Sabatani (Fabio Arcidiácono), el peluquero gay que se vio obligado a abandonar su país tras ser víctima del “corralito”, y la becaria Sandra Espinosa (Sofía Nieto), joven torpe e insegura que se derrumba al menor contratiempo.