domingo, 20 de junio de 2010

La SD Huesca se ha ganado la permanencia en Segunda


Que la SD Huesca esté en Segunda División A es algo muy muy grande, algo muy díficil de conseguir y que no se si los aragoneses sabemos valorar. Una Segunda División donde el Huesca convive con rivales históricos y grandes equipos en una categoría tremendamente complicada e igualada que ayer devoró al Castellón, al Real Unión y a dos gigantes: el Cádiz y el Real Murcia.
Ayer por la tarde estuve siguiendo con detenimiento el partido entre el Celta y el Huesca, mientras escuchaba el Radioestadio para estar informado de todo lo que pasaba en otros campos. La cosa empezó bien, Mikel Rico marcaba el que a la postre sería el único gol del partido. Todo señalaba que iba a ser una tarde plácida, pero ni mucho menos. Gol del Rayo, gol del Salamanca, gol del Cádiz, gol del Albacete, etc. El resto de rivales ganaban, TODOS ganaban, a excepción del Real Unión de Irún que perdía con el Hércules (enhorabuena por cierto por el ascenso de los alicantinos) y del Girona, que estuvo perdiendo toda la tarde contra el Murcia y que era la gran víctima de una carambola imposible que le ponía en Segunda División B, pero que tuvo finalmente una pizca de suerte y empató de un penalty fantasmagórico, mandando a los pimentoneros a 2ªB.
El segundo gol del Huesca nunca llegó, y los nervios se apoderaron de mí. Sin embargo, a posteriori, bien es cierto que haciendo una segunda lectura del partido, el Celta nunca fue a por el empate. Los vigueses jugaron solidariamente y no se esforzaron por poner en aprieto a los aragoneses. El único que daba algo de miedo era Papadopoulos, pero con tiros altos y fáciles para Doblas. Al final estalló la alegría, el Huesca hizo lo que tenía que hacer para mantenerse merecidamente en Segunda. El año que viene afrontará la tercera temporada consecutiva, aunque con futuro incierto. No obstante enhorabuena a nuestros amigos de por ahí arriba, que toda Zaragoza estaba con vosotros, o al menos quien aquí escribe. Menos mal que se ha ganado porque la tarde de ayer es para inspeccionar cada partido, todos quienes se jugaban algo ganaron. No importa, el huesca seguirá en su categoría ¡¡Suerte la temporada que viene!!

Adeus o privilegiou crânio, o professor polêmico.

Dentro de unos días decimos adiós a la primavera, con una fastidiosa hola de frío de despedida, y acogemos el calor del verano. Pero el verano no será tan caluroso porque las flores y las lluvias se llevan consigo un alma ya inmortal. Anoche moría en Lanzarote el escritor portugués y Premio Nobel José Saramago.
En honor a la verdad de Saramago sólo se lo que he oído y leído estas últimas horas, porque no he tenido el privilegio de leer nada suyo. Pero ya conocía de esta persona, a veces cómicamente referida como Sara Mago, como un gran humanista y filósofo.
Y es que Saramago ha sido siempre un rebelde y un opositor. Ya de joven se alineó a las filas del Partido Comunista de Portugal. Pero lo que más me llama la atención de él es su abierta oposición a la religión y su manifestación como persona atea. Para Saramago Dios y la religión es una invención del hombre para soportar la muerte, y gran parte de su obra literaria se ha basado precisamente en esta confrontación frontal con la Iglesia y los creyentes.
Yo no obstante no me atrevo a condenar sus ideas, le daremos el derecho a equivocarse. Pero me parece fuera de lugar la información que ha salido hoy en L'Osservatore Romano criticando ferozmente al escrito. Cierto es que Saramago no tuvo ninguna sensibilidad hacia algo tan innato y universal como el sentimiento religioso, pero se esgrimen algunos argumentos muy ácidos en su recordatorio. No estamos ahora para venganzas ni para berrinches cobardes, Saramago será lo que quiera, y no cabe duda que ha sido un gran humanista, un referente liberal y un excelente escritor. Y con esos adjetivos me quiero quedar para honrarle, porque las ideas y la profundidad de cada individuo no lo hacen más o menos digno, sino aquello en lo que ha destacado y por lo que se le respeta. Una saudade por el genio.

viernes, 11 de junio de 2010

Sudáfrica2010, Empecemos a soñar


Dentro de apenas 16 horas arranca el mayor espectáculo del mundo: la Copa Mundial de Sudáfrica 2010.
Y es que un Mundial no es solo un show deportivo o una industria tremenda que genera millones de dólares, es también un fervor de sentimientos, de locura patria y de cohesión global. Mexicanos, cameruneses, daneses, españoles, coreanos, argentinos... todos juntos viviendo la gran fiesta del fútbol. 
Del 11 de junio al 11 de julio medio mundo se va a paralizar, vibrando cada tarde con el juego de su selección, pendiente de números y puntos, de eliminatorias, de minucias que separan la decepción de la gloria.
¿Y realmente España puede hacer algo? Pues por supuesto que sí, que nadie nos prohíba soñar. Con números en mano y con el juego clavado en la retina, España es la favorita número 1. Por supuesto no siempre gana el principal candidato o quien más lo merezca, pero son 13 presencias en una Copa del Mundo en las que España, eternamente gafada, se ha vuelto con lágrimas en los ojos. La historia del fútbol nos merece un Mundial. Y yo sueño, y yo digo que España, el 11 de julio en Johannesburgo, levantará el trofeo que nos acredite que somos los mejores del mundo. Porque me gusta soñar, y he empezado a hacerlo. Por favor, que nadie me detenga.

domingo, 6 de junio de 2010

Ayaan Hirsi Alí, una musulmán crítica con el Islam

He de reconocer que me da hasta cierto medio escribir lo que voy escribir, pero ello solo me provoca a escribir con más firmeza. Estoy cansado desde hace mucho tiempo de los buenismos de Occidente, de la cosa esa tan palurda que es ser políticamente correcto. Estoy harto de que cada vez que doy una opinión cultural se me pueda tachar de tal cosa o tal otra, sin posibilidad de replica. Estoy deseoso de decirle a los relativistas que no, que están equivocados, que salgan de su burbuja utópica porque el multiculturalismo jamás será un pluriculturalismo. Se quedará en una amalgama de culturas diferentes pero totalmente incompatible. Pero en Europa estamos alelados, tenemos complejo de firmeza por miedo a que enseguida nos tachen de racistas, estamos subyugados al imperativo de ser sensibles de ceder, y de seguir cediendo. Pero no tenemos la valentía para reclamar lo mismo. ¿Cuántos favores tienen los católicos en países musulmanes? ¿Cuántos derechos tenemos en esos países? El resto del mundo reclama a Occidente, los propios inmigrantes reclaman una y otra vez a Occidente, y Occidente les obedece, pero siguen reclamando. El estado de derecho es así, pero se está convirtiendo esto en un estado de provecho.
He mencionado a países musulmanes como podía haber nombrado otros tantos, pero es que ahora quiero hablar de una persona con la que me identifico al 100%, con una persona que como yo cree que es más importante la libertad individual que cualquier persona, religión o institución que se permita someterla. Una luchadora de los derechos humanos y sobre todo de los derechos de la mujer en el mundo islámico: Ayaan Hirsi Alí.

Mujer. Negra. Musulmana. Ayaan Hirsi Alí resume así su vida: “Me crié en África. Vine a Europa en 1992, a la edad de 22 años, y fui elegida diputada por el Parlamento holandés. Aprendí a hablar y a enfadarme. Hice una película con Theo van Gogh, le mataron, y ahora vivo con guardaespaldas y circulo en coches blindados”. Así resume su vida una mujer luchadora y soñadora que ha sabido enfrentarse estoicamente al fundamentalismo islámico, un enemigo violento y dogmático que ha conseguido someter muchas conciencias con el razonamiento del terror. Ella, afortunadamente, sigue con vida y su mensaje grita en la cabeza de millones de musulmanes que ven como su religión, otrora innovadora y moderna, quedó atascada en el siglo séptimo y reclaman una revisión de sus cimientos. Como hizo el catolicismo en la Ilustración, “el Islam necesita un Voltaire” afirma. Y es que en un mundo, el occidental, que se ancla en lo políticamente correcto, Ayaan Hirsi Alí dice verdades que duelen y realiza una gran crítica a los relativismos culturales, entendiendo inútiles los esfuerzos por aliar civilizaciones bajo los mismos valores. Para ella, paradójicamente, Occidente “es racista en su acepción más pura” dado que ignorar algunas religiones o culturas por miedo a salirse de lo “políticamente correcto” supone permitir el atraso y el sufrimiento de millones de personas, que no son plenamente libres, que se encuentran constantemente sometidas. Por ello Hirsi Alí, elegida en 2005 por la revista TIME como una de las 100 personas más influyentes del mundo, es una persona incómoda para las dos partes del conflicto: el dormido Occidente y los fanáticos islamistas. Cuando se le pide desde los sectores moderados de la media luna que no sea tajante en sus reivindicaciones y comprenda que los cambios, y más los culturales o religiosos, se producen poco a poco responde: “¿Fue eso lo que dijeron a los mineros del siglo XIX cuando luchaban por los derechos de los trabajadores?”.  Y cuando Europa le espeta que todas diferencias culturales han de ser respetadas salta: “¿Es cultura ser lapidada? ¿Son los derechos humanos, el progreso, los derechos de la mujer, ajenos al Islam o cualquier otra creencia?”.
Pero el caso de Hirsi Alí es curioso y sensato, porque seguramente si estos planteamientos viniesen de un occidental, ajeno a otras experiencias culturales, éste habría sido tachado inmediatamente de xenófobo. Pero ella no lo es, porque ella estuvo en ese lado, en el del férreo fanatismo musulmán, lo sufrió y lo disfrutó, llegó a desear morir por la fe, pero terminó cambiando de opinión. 
Hirsi Alí nació en Somalia, en el seno de una familia pudiente. Su padre era un oponente del dictador Siad Barre. Y a pesar de que su padre se oponía a que se le practicase la ablación, macabra tradición en su país, su abuela le sometió a esa mutilación del kintir a escondidas cuando ella tenía 5 años. Tras el estallido de la guerra civil en su país huyó con su familia a Kenia, pasando por Arabia Saudí y Etiopía. En Nairobi estudió en una escuela fundamentalista islámica, vistió con los códigos del hiyab y anheló ser mártir del Islam.
Hasta entonces Hiris Alí no había podido elegir su futuro y estaba constantemente sometida a las voluntades de otros. Así las cosas en 1992 su padre acordó el matrimonio de la joven con un primo lejano que residía en Canadá, pero al llegar a Berlín para hacer el trasbordo rumbo a Canadá, decidió cambiar de planes y tomar el tren hacia Holanda. “El destino tomó esa decisión por mí” asegura. 
En Holanda solicitó asilo político por razones humanitarias pero con un nombre falso. Se desempeñó en trabajos menores que le permitieron pagarse un master en Ciencias Políticas mientras intentaba ganar peso en el Partido Popular por la Libertad y Democracia, de ideología liberal conservadora. Pero en 2006 la ministra de Inmigración de Holanda, cuando ya Hiris Alí se había construido un nombre y era diputada en el Parlamento Holandés, le retiró la nacionalidad por falsificar documentos, obligándole a dimitir de su cargo. El eco nacional e internacional hizo recapacitar al gobierno holandés, quien le devolvió la nacionalidad, pero para entonces Hiris Alí había renunciado de la política, emprendiendo rumbo a Estados Unidos.
En 2004 vivió un siniestro momento. Escribió el guión del cortometraje Submission (sumisón) de Theo van Gogh sobre la violencia contra la mujer en las sociedades islámicas, despertando un tremendo revuelo entre la comunidad musulmana. Unas semanas después el director Theo van Gogh fue asesinado en pleno Ámsterdam con una carta clavada al pecho con un cuchillo que iba dirigida expresamente a Hiris Alí y estaba firmada “en nombre de Dios”. 
Desde entonces esta firme activista de los Derechos Humanos, y especialmente de los derechos de la mujer en el Islam, vive oculta, con miedo y escoltada permanentemente. Pero ella no se retracta ni desiste. Seguirá luchando contra el fundamentalismo por la libertad de cada individuo, sin que nada ni nadie pueda someterle. Seguirá gritando sin que nada ni nadie pueda callarle. Y si la obligaran a callar, su grito ya es eterno y su eco constante.

En conclusión, no estoy criticando a nada ni nadie como concepto general, critico que algo que se ha asumido como bueno e indispensable como son los Derechos Humanos no se respetan en ciertos países o en determinadas culturales, y yo creo que nada puede estar por encima de la libertad individual, ni tan siquiera el miedo y la amenaza. ¿Por qué algunos sectores islámicos no pueden permitir que se diga ni una sola palabra en referencia a como tienen estructurada su fe? ¿Por qué la respuesta tiene que ser a menudo violenta? ¿Acaso no surgió el Islam como una religión de paz y concordia entre hermanos? ¿Donde está entonces en esas sociedades el derecho a la libertad de conciencia y de expresión, por ejemplo? ¿Por qué Occidente tiene que estar constantemente cediendo sin ver respuesta alguna por parte del mundo árabe? En el fondo quiero convencerme de la postura de los relativistas y de los pluriculturalistas, como nuestro ingenuo presidente Zapatero cuando impulsó la Alianza de Civilizaciones, pero ¿acaso no se pactó ya en 1948 una serie de derechos que se consideran fundamentales y buenos? ¿y si estos no se cumplen, no tendría Occidente capacidad del actuar?