miércoles, 10 de noviembre de 2010

Las 13 virtudes de Benjamin Franklin

Benjamin Franklin vendría a ser el Leonardo Da Vinci de Estados Unidos, aunque tal vez se le recuerde más por su papel político como padre fundador del país norteamericano que como científico e inventor. Este reconocido masón, como la mayoría de los librepensadores que fundaron aquel maravilloso país en unos principios que poco a poco se están perdiendo, dejó para la historia sus Tablas de la Ley.

Franklin buscaba cultivar su carácter mediante un plan de trece virtudes que desarrolló en 1726, con 20 años de edad, y que continuó practicando de una forma u otra por el resto de su vida. A saber:

1. Templanza: No comas hasta el hastío, nunca bebas hasta la exaltación.
2. Silencio: Sólo habla lo que pueda beneficiar a otros o a ti mismo, evita las conversaciones insignificantes.
3. Orden: Que todas tus cosas tengan su sitio, que todos tus asuntos tengan su momento.
4. Determinación: Resuélvete a realizar lo que deberías hacer, realiza sin fallas lo que resolviste.
5. Frugalidad: Sólo gasta en lo que traiga un bien para otros o para ti; Ej.: no desperdicies nada.
6. Diligencia: No pierdas tiempo, ocúpate siempre en algo útil, corta todas las acciones innecesarias.
7. Sinceridad: No uses engaños que puedan lastimar, piensa inocente y justamente, y, si hablas, habla en concordancia.
8. Justicia: No lastimes a nadie con injurias u omitiendo entregar los beneficios que son tu deber.
9. Moderación: Evita los extremos; abstente de injurias por resentimiento tanto como creas que las merecen.
10. Limpieza: No toleres la falta de limpieza en el cuerpo, vestido o habitación.
11. Tranquilidad: No te molestes por nimiedades o por accidentes comunes o inevitables.
12. Castidad: Frecuenta raramente el placer sexual, sólo hazlo por salud o descendencia, nunca por hastío, debilidad o para injuriar la paz o reputación propia o de otra persona.
13. Humildad: Imita a Jesús y a Sócrates.


Franklin no trataba de trabajar en todas ellas al mismo tiempo. En lugar de esto, él trabajaba en una y sólo una cada semana, "dejando todas las demás a su suerte ordinaria". Aunque Franklin no vivió completamente según sus virtudes y, según él mismo admitía, incumplió sus preceptos muchas veces, él creía que el intentarlo lo hizo una mejor persona y contribuyó enormemente a su éxito y felicidad, por lo cual en su autobiografía (La vida privada de Benjamin Franklin), dedicó más páginas a este plan que a cualquier otro punto. Allí escribió: "Yo espero, por lo tanto, que alguno de mis descendientes pueda seguir el ejemplo y cosechar el beneficio"... difícil señor Franklin, pero muy loable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario