sábado, 17 de mayo de 2008

¿Qué hacemos con la ley electoral?

EL POLÉMICO SISTEMA ELECTORAL ESPAÑOL

BREVE EXPLICACIÓN DEL SISTEMA ELECTORAL

El sistema electoral español está regido por la Ley Orgánica del Régimen Electoral General de 1985.
Mediante esta ley, para elegir los 350 diputados en el Congreso, España se divide en 50 circunscripciones correspondientes a las provincias y además se añaden como circunscripciones las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. A cada circunscripción le corresponden automáticamente dos escaños, salvo Ceuta y Melilla que tienen uno cada una. El resto de diputados se suma de forma proporcional a la población.

Caso distinto es el Senado. La Cámara Alta tiene un número de senadores poblacionalmente variable con dos sistemas de elección distintos: elección directa (por sufragio) y elección indirecta (eligen las asambleas de las Comunidades Autónomas). Para la elección directa de senadores España tiene como circunscripciones las 47 provincias peninsulares, Ceuta, Melilla y la excepción es que las islas se dividen para ser circunscripciones propias. El reparto de senadores por circunscripción en elección directa es de cuatro a las 47 provincias peninsulares, dos a las ciudades autónomas, tres a las islas mayores (Tenerife, Gran Canaria y Mallorca) y uno a cada isla menor (Ibiza-Formentera, Menorca, Fuerteventura, Gomera, Hierro, Lanzarote y La Palma). En la elección indirecta a cada CCAA se le asigna un senador que puede ser ampliado por el tamaño de población (un senador más por cada millón de habitantes).

El Congreso de los Diputados
En España la cámara que realmente tiene poder político importante es el Congreso de los Diputados y a su sistema de elección es al que van dirigido la mayor parte de las críticas. Por ello a partir de este momento vamos a dirigir nuestra mirada de forma exclusiva al Congreso.

Sistema D’Hondt
El Sistema D’Hondt es el procedimiento legal que se sigue en cada circunscripción para asignar representantes a la Cámara Baja.

Mediante este sistema sólo pueden entrar en el reparto de escaños aquellas formaciones que en su demarcación superan la barrera del 3% de los votos. Sin embargo el hecho de que los partidos puedan traspasar la barrera del 3% no es un pasaporte directo. De hecho en las pasadas elecciones Izquierda Unida ha tenido porcentajes de entre el 10% o el 15% en circunscripciones pequeñas y se han quedado sin representante.

El Sistema D’Hondt hace que nuestro sistema político sea proporcional (corregido porque ningún sistema puede ser totalmente proporcional). Esto permite que existan un gran número de pequeños partidos políticos que pueden llegar a tener voz y voto, aunque por otra parte también favorece el bipartidismo. Sin embargo esto también implica que los partidos políticos más fuertes deben hacer un gran esfuerzo para obtener mayoría absoluta porque si no se verán obligados a pactar con partidos minoritarios y/o muy localizados.

El actual sistema electoral también hace que existan partidos nacionales con un amplio número de votos con mucha menos representación que otros focalmente localizados. Por ejemplo Izquierda Unida (IU) con 963.040 sufragios ha conseguido dos diputados, los mismos que Bloque Nacionalista Gallego (BNG) con 209.042 votos. Otro caso es el de Unión Progreso y Democracia (UPyD) que con 303.535 apoyos ha obtenido un diputado, mientras que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ha sacado tres representantes más con 7.000 votos menos. Esto se debe a que hay pequeños partidos muy fuertes en los territorios en los que se presentan y que acaparan un número de escaños superior al de partidos de ámbito nacional, que en la suma tienen más representación total pero que en cada circunscripción apenas llegan al 3%. Una de las antiguas reivindicaciones de IU es cambiar el sistema electoral para tener la representación que merecen casi un millón de españoles.

También este tipo de reparto provoca grandes desigualdades porque las circunscripciones menos pobladas (como Soria o Teruel) están sobrerepresentadas mientras que las más pobladas ponen muy caro su escaño y están subrepresentadas. De esta manera en Teruel el PSOE tiene dos diputados con 37.784 sufragios y en Madrid IU ha necesitado 163.636 votos para obtener uno solo.

La fórmula D’Hondt hace que las provincias como Madrid, Barcelona o Valencia sean las que tienen unos resultados menos proporcionales. En definitiva lo que condiciona los resultados electorales es el tamaño poblacional de cada circunscripción. Cuando existen pocos escaños a repartir tienden a beneficiarse los partidos más votados, casi siempre PP y PSOE.

SOLUCIONES

Los partidos nacionales que no son Partido Socialista (PSOE) ni Partido Popular (PP), y los pequeños partidos territoriales, siempre han demandado un cambio de la ley electoral con el objetivo de ganar más representación. Sin embargo no especifican el modelo que habría que implantar y por ejemplo IU, con diferencia el partido más perjudicado, ha creado una página web (http://www.leyelectoraljusta.es/) y ha puesto en marcha una recogida de firmas para reformar la ley. Sin embargo simplemente matiza que quiere un modelo que “permita una verdadera proporcionalidad entre los votos recibidos por los partidos políticos y los escaños obtenidos por los mismos” sin precisar nada más.

Por ello en este ensayo voy a plasmar algunas posibles soluciones y de qué manera estaría configurado el Congreso siguiendo estas normas.

Ley D’Hondt y circunscripción única:
Este modelo supone que en vez de existir 52 circunscripciones existiría una única a nivel estatal, pero se mantendría la Ley D’Hondt para designar representantes. Sin embargo esta opción es completamente inviable porque sólo existen cuatro partidos que hayan superado la actual barrera existente del 3%: PSOE (43’64%), PP (40’11%), IU (3’80%) y CIU (3’05%). Esta opción haría de nuestro sistema político un bipartidismo todavía más pronunciado y permitiría gobernar con mayoría sin necesidad de recurrir a unos partidos nacionalistas que, de este modo, desaparecen.

Sistema proporcional de circunscripción única:

Con este modelo desaparecen las circunscripciones y se configura una circunscripción única de nivel estatal. Este sistema no aplica la Ley D’Hondt sino que se implantaría un escrutinio proporcional por el que cada partido está representado según el tanto por ciento sobre el total. Una persona, un voto.

Si después de haber aplicado los cálculos faltasen diputados, como es el caso, se asignarían los escaños restantes a los coeficientes decimales más altos.

Con estos cálculos entrarían a las Cortes multitud de pequeños partidos que configurarían un numeroso Grupo Mixto. Aplicando este sistema se rompería en cierta manera la tendencia bipartidista y perderían varios representantes tanto PP como PSOE. Sin embargo beneficiaría sobremanera al resto de partidos nacionales que son la tercera o la cuarta fuerza política y que les cuesta conseguir representantes en sus circunscripciones pero tienen bastantes apoyos a nivel español. Los partidos locales tampoco saldrían perjudicados y algunos como CIU o ERC incluso aumentarían su presencia. Además hasta 8 pequeños partidos también entrarían al reparto del Congreso.

Sistema dual

Este sistema mantiene el actual sistema electoral para elegir 350 diputados. Pero, respetando la Constitución, se ampliaría la cámara hasta los 400 congresistas. Estos 50 serían elegidos en una circunscripción única estatal, lo que permitiría aumentar representantes a los partidos globalmente más votados.

Este modelo (a mí me parece el idóneo) daría la oportunidad a partidos que acostumbran a ser la tercera o cuarta fuerza de aumentar la representación. IU, por ejemplo, vería aumentados sus delegados hasta poder formar grupo parlamentario propio y haría más justicia al número de apoyos con los que cuenta.

Partido Político

Circunscrip.

actuales

Circunscrip. Estatal

Escaños totales

PSOE

169

+ 25

194

PP

154

+ 22

176

CIU

10

+ 1

11

PNV

6

-

6

ERC

3

-

3

IU

2

+ 3

5

BNG

2

-

2

CC

2

-

2

UPyD

1

-

1

Na-Bai

1

-

1

También le daría más fuerza a los grandes partidos y permitiría que fuese más fácil gobernar sin recurrir a partidos localizados porque la gran parte de los nuevos representantes van a parar a los dos principales partidos.

Además en cierta manera se saldaría el problema de la subrepresentación de las circunscripciones más pobladas porque serían las que más aportarían a este reparto a nivel estatal.

Tampoco se perdería en ningún momento la pluralidad existente de partidos políticos, porque la actual proporción seguiría intacta. Simplemente la Constitución permite ampliar en 50 el número de congresistas y se haría aplicando un sistema electoral distinto. Habría que reformar la Ley Orgánica del Régimen Electoral General de 1985.

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