martes, 13 de octubre de 2009

Desde el exilio: ¡¡Feliz día del Pilar!!


Hoy me siento especialmente nostálgico por mi tierra. Hasta hace cuatro horas era día 12 de octubre, el día del Pilar, el día de Zaragoza, cuando los maños y mañas, de corazón puro, salimos a nuestras calles a rendir merecido homenaje a nuestra patrona, y más allá del significado religioso, para mí es una indiscutible muestra de nobleza y orgullosa tradición.
Y mientras todo Zaragoza está ahora fuera de casa viviendo la fiesta, yo me encuentro en Bruselas escribiéndole una carta de amor a mi ciudad. Una ciudad de la que intento ser embajador desde aquí también, cantando sus bondades, sus virtudes y sus bellezas. Porque quien no ama sus raíces no llegará a ser nunca capaz de amarse a sí mismo, y yo le debo tanto, tanto a Zaragoza.
También quiero aprovechar estos versos para mostrar mi pública admiración a un trobador de nuestros tiempos, a un aragonés de pura cepa, a un símbolo de nuestro sentimiento, a don Jose Antonio Labordeta. Acabo de escuchar su maravilloso pregón, un pregón de los de toda la vida, y después le he visto en un programa de Aragón Televisión. Su nobleza me impresiona, y pese a su manera tal vez tosca de expresarse, no deja de ser elegante. Ójala todos fuésemos como él, un hombre transparante y verdadero. Y pese a las diferencias políticas que pudiera tener con él, me rindo a su persona, un héroe que transcenderá a su propia existencia, un referente del aragonesismo.

Como homenaje a Zaragoza, a Aragón, y en particular a Labordeta, os dejo tres bellas y conocidas canciones del cantautor:





Por último dejo testimonio de un trabajo que he tenido que presentar en francés. El tema era: Tu ciudad. Tenía tanto, tanto de qué hablar. Gracias Zaragoza, un nostálgico abrazo.

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