Ayer fue un día apasionante y sorprendiente en todos los sentidos. En voleibol el CAI Teruel disputaba una final de la Copa del Rey donde, tras después de eliminar al principal favorito en semifinales y hacerse con ese papel, perdía 3-0 regalando el título al Unicaja Almería. En baloncesto tensión máxima en el Príncipe Felipe donde con un inconmensurable y recién llegado Woods, y con 11000 fieles apoyando, el CAI Zaragoza se aferraba a las esperanzas de permanencia en ACB. En fútbol el Vicente Calderón estallaba en éxtasis al remontar al Barça, ofreciendo paradójicamente ilusión y alegría a sus vecinos del Real Madrid al poner una emoción de cuatro puntos en la cabeza de la liga. Y en política pese a todo lo que se ha hablado, pese a las monerías de Mr. Spock Ibarretxe, pese a la crisis del PP de los espías y corruptos, pese a la cacería de Bermejo y la también corrupción en el PSOE, pese a la discriminación mediática hacia UPyD, pese a todo ello, la democracia ha dado una lección de dignidad y ha llevado la sorpresa y la duda al panorama político. La lectura de estos resultados tiene una idea clave: el resurgimiento de la clave nacional.
Alberto Núñez Feijoo ha reconquistado la Xunta de Galicia para el Partido Popular al volver a conseguir mayoría absoluta. Decepción absoluta en el PSOE donde la mala gestión de Touriño ha pasado factura y ha enfadado al Bloque Nacionalista Galego, su socio de gobierno, que ahora amenaza con quitar su apoyo a Zapatero en el Congreso.
En el País Vasco la sorpresa es aún mayor. Desde la transición el PNV ha tenido siempre el control de Ajuria Enea, pero con los resultados aducidos ayer este panorama puede cambiar. Una posible alianza entre PSOE, PP y por ahora UPyD (dependerá del recuento de votos emigrantes donde existe la práctica certeza de que los socialistas sumarán un escaño más en decrimento de EA), haría que el gobierno vasco fuera constitucionalista y de clave nacional. Probablemente, como pasa en Galicia, estos resultados tengan consecuencias en el Parlamento de España donde el PSOE puede perder el apoyo del BNGa y de PNV viéndose obligado a gobernar en minoría y a tener que llegar a acuerdos en cada una de las propuestas.
Como valoración personal creo que estos resultados, sumados a los de las pasadas elecciones generales, dilucidan un panorama sorprendentemente diferente. Los nacionalismos alcanzaron su punto álgido hace unos años y ahora empiezan a retroceder de manera alarmante en pos de los partidos nacionales como PP, PSOE o UPyD, a quienes invitan a trabajar juntos políticamente para aplicar una política igualitaria en cada territorio.
Desde esta lectura los partidos nacionalistas tendrán que empezar a plantearse si su postura independentista no debería mutar en un férreo regionalismo, pero aceptando la soberanía de nuestra España. Esa es la postura que yo apoyo, un regionalismo intenso pero aceptando siempre la madre España
Dentro de unos meses hay elecciones europeas, ahí veremos de nuevo si esta línea que planteo sigue estando en vigor o son simples serendipias
Alberto Núñez Feijoo ha reconquistado la Xunta de Galicia para el Partido Popular al volver a conseguir mayoría absoluta. Decepción absoluta en el PSOE donde la mala gestión de Touriño ha pasado factura y ha enfadado al Bloque Nacionalista Galego, su socio de gobierno, que ahora amenaza con quitar su apoyo a Zapatero en el Congreso.
En el País Vasco la sorpresa es aún mayor. Desde la transición el PNV ha tenido siempre el control de Ajuria Enea, pero con los resultados aducidos ayer este panorama puede cambiar. Una posible alianza entre PSOE, PP y por ahora UPyD (dependerá del recuento de votos emigrantes donde existe la práctica certeza de que los socialistas sumarán un escaño más en decrimento de EA), haría que el gobierno vasco fuera constitucionalista y de clave nacional. Probablemente, como pasa en Galicia, estos resultados tengan consecuencias en el Parlamento de España donde el PSOE puede perder el apoyo del BNGa y de PNV viéndose obligado a gobernar en minoría y a tener que llegar a acuerdos en cada una de las propuestas.
Como valoración personal creo que estos resultados, sumados a los de las pasadas elecciones generales, dilucidan un panorama sorprendentemente diferente. Los nacionalismos alcanzaron su punto álgido hace unos años y ahora empiezan a retroceder de manera alarmante en pos de los partidos nacionales como PP, PSOE o UPyD, a quienes invitan a trabajar juntos políticamente para aplicar una política igualitaria en cada territorio.
Desde esta lectura los partidos nacionalistas tendrán que empezar a plantearse si su postura independentista no debería mutar en un férreo regionalismo, pero aceptando la soberanía de nuestra España. Esa es la postura que yo apoyo, un regionalismo intenso pero aceptando siempre la madre España
Dentro de unos meses hay elecciones europeas, ahí veremos de nuevo si esta línea que planteo sigue estando en vigor o son simples serendipias
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