viernes, 30 de mayo de 2008
miércoles, 28 de mayo de 2008
EL APARTAMENTO
El Apartamento es una tragicomedia estadounidense de 1960 dirigida por el celebérrimo Billy Wilder y protagonizada por Jack Lemmon, Shirley MacLaine y Fred MacMurray. La película fue galardonada con tres Oscar a la mejor película, al mejor guión original y al mejor director, y es considerada como una de las grandes obras cinematográficas del siglo XX.
El filme narra la historia de C. C. Buxter (Jack Lemmon), un empleado que trabaja en una compañía de seguros en el barrio neoyorkino de Manhattan y cuya máxima ambición es crecer laboralmente en la empresa. Para ello no tiene problemas en conceder numerosos favores a los superiores y les presta su apartamento para que acudan allí con sus conquistas. Al final la dedicación da fruto y le proponen para un ascenso. Sheldrake (Fred MacMurray), director de Recursos Humanos, descubre el motivo de tan repentina promoción pero éste, en vez de tomar medidas, exige permiso para entrar en el reparto del apartamento y llevar ahí a su amante. Pero Buxter termina descubriendo que ésta no es otra que Fran Kubelik (Shirley MacLaine), la guapa y joven ascensorista de la que está enamorado. Al final la trama entra en una espiral de secretos, riesgos, mentiras y promesas que termina con Fran y Buxter dándose cuenta de que viven en un mundo que no les pertenece.
El Apartamento es una película que habla de las personas, de una nueva forma de vida que surgía a finales de los 50 en los países occidentales, esa manera de vivir que luego se llamaría estrés dentro de una sociedad tan burocratizada en la que al final los individuos se alienan y en la que no tiene importancia la abeja sino el panal. Y esta realidad se presenta de forma sublime ambientada en uno de los centros económicos mundiales como es Nueva York (por aquel entonces con ‘solo’ ocho millones de habitantes) aunque el propio director reconoció que “podría ser cualquier ciudad… salvo Moscú”. Dentro de ese barullo y el bullicio general existe un trabajador realmente ambicioso que hace lo que sea para ascender dentro de su compañía, aunque en ello se deje la dignidad. Wilder refleja fielmente las consecuencias de ese estilo de vida: la soledad, la confusión, la crono-dependencia, la comida preparada o la explotación laboral, a la que se le unen elementos siempre morbosos como la infidelidad, la honestidad, la ignorancia, el secretismo o la mentira.
Billy Wilder conjuga en 125 minutos la comedia (sobre todo sugerida por un lúcido Jack Lemmon), el melodrama, la sátira, la farsa, la crítica, la psicología y el esperpento. Como si de Luces de Bohemia se tratase, Wilder se viste de Valle-Inclán y presenta un mundo caótico y exagerado que termina resultando cómico pero a la vez dramático y esconde un trasfondo de crítica social. Como muestra, hay una escena en la que C. C. Buxter conoce en un bar a una mujer y terminan emborrachándose y bailando de una forma muy extraña, mejilla con mejilla. La situación parece cómica, pero no lo es y esconde un trasfondo de frustración, confusión y sufrimiento.
Siguiendo con el guión de El Apartamento Wilder se aleja de la demonización social del tercero en discordia en una relación, del que es causante de una separación o un divorcio matrimonial. En esta película quien desempeña ese papel es Fran Kubelik, quien en realidad se presenta como una joven romántica, enamorada, que no quiere estropear una relación y que al final se deja engañar con falsas promesas de divorcio.
En cuanto a elementos formales es llamativa la presentación casi teatral. Toda la película se desenvuelve, en general, en planos enteros, planos conjuntos y planos americanos. Llama la atención que no hay presencia, o es mínima, de panorámicas, planos detalles o primeros planos. También es de reseñar la habitual aparición de largos fundidos, como queriendo dar un respiro al espectador entre tanto caos burocrático y psicológico.
En la película existen tres elementos con una enorme fuerza expresiva:
- La llave: la llave del apartamento es el instrumento que va pasando de mano en mano mediante un sistema de reparto de tiempo que organiza Buxter para contentar a sus superiores. Pero este elemento no es intrascendente porque cada vez que Buxter presta su llave está prestando también su dignidad, permitiendo ser pisoteado y extorsionado a cambio de alcanzar su meta de ascender laboralmente en la compañía y llegar, cuanto antes, al piso 27.
La llave también tiene un uso importante al final de la película cuando Sheldrake le exige de nuevo la llave a Buxter y éste se niega, entregándole una llave que no es la suya, sabiendo que ese gesto supone su despido de la empresa. Recupera la dignidad que tantas veces había entregado. Ahora la dignidad es suya y se la queda él.
- El espejo roto: la ascensorista Fran Kubelik, en una secuencia, se mira al espejo de mano roto y dice: “me gusta mirarme en él, porque veo cómo me siento”.
El valor simbólico de este elemento es importante. En ese espejo roto se miran los tres protagonistas: el ejecutivo sin moral, el trabajador ambicioso y la chica romántica. Refleja el doble aspecto de sus rotas vidas. Además el espejo protagoniza uno de los momentos de guión más ejemplares porque gracias a ese singular objeto Buxter descubre algo que va a marcar el desarrollo de la historia y algo que el espectador ya sabía desde hacía un rato. El maestro Hitchcock definió el suspense como algo que conocía el espectador y desconocía el personaje
- El juego de cartas: cuando Fran está en reposo tras una grave ingestión de medicamentos Buxter le propone jugar a las cartas para entretenerla. Sin embargo el juego no termina porque la muchacha se queda dormida.
Pero al final las cartas vuelven a cobrar una gran importancia en un único y llamativo plano final entre ambos personajes. Esta vez quien lleva la iniciativa de jugar es Fran en un final anticlimático: Buxter le declara su amor y ésta contesta “calle y reparta”. Un final cómico en una película dramática.
El Apartamento no deja de incluir elementos cinematográficos clásicos como la referencia a algo ya mencionado o visto. A parte de la escena del espejo también existen otras referencias como cuando al final del filme Fran asegura que le enviará una tarta a Sheldrake por Navidad, haciendo alusión a un comentario que había hecho antes Buxter sobre lo que hace con una antigua novia suya.
También podemos apreciar en El Apartamento un guiño a la película de Casablanca. El local al que acuden Sheldrake y Kubelik para encontrarse está ambientado con música en directo de un pianista de color, en clara referencia al famoso pianista Sam de la película de Michael Curtiz.
En definitiva El Apartamento es una película clásica que está marcada en la historia del cine como aseguran también quienes más saben, los críticos, que valoran de forma muy positiva esta producción de 1960. Por poner algunos ejemplos, en palabras de José Luis Garci, productor, director, guionista y crítico de cine, “Billy Wilder fue el mejor guionista de su tiempo y El Apartamento una de las grandes obras urbanas de la historia del cine” y Eduardo Torres Dulce (El Mundo) asegura que “es una de las mejores radiografías de la condición humana”.
lunes, 26 de mayo de 2008
La lista del Real Zaragoza
* Ustari (Getafe)
* Boruc (Celtic Glasgow)
* Rene Adler (Bayer Leverkusen)
* Cantera
Defensas
* César Navas (Malaga)
* Matellán (Nástic)
* Crespo (Sevilla Atlético)
* Redondo (Sevilla Atlético)
* Bertin (Tenerife)
* Manuel Da Costa (PSV)
* Papac (Glagow Rangers)
* Breno (Sao Paulo)
* Carlinhos (Santos, Brasil)
* Bourillon (Rennes)
* Vidal (Bayer Leverkusen)
* Boka (Stuttgart)
* Cantera
Medios
* Sendoa (Hércules)
* Lucas Lobos (Cádiz)
* Xabi Prieto (Real Sociedad)
* Armenteros (Sevilla Atlético)
* Aarón (Xerez)
* Nakamura (Celtic Glasgow)
* Matusovic (Sparta Praga)
* Nicolita (Steau Bucarest)
* Fernando Belluschi (Olimpiacos)
* Cardozo (Boca)
* Maximiliano Morález (Racing Club de Avellaneda)
* Landon Donovan (Los Angeles Galaxy)
* Freddy Adu (Benfica)
* Karim Ziani (Olympique Marsella)
* Juninho (Olympique Lyon, está terminando su carrera deportiva y en el OL no va a tener continuidad, está buscando salida)
* Bodmer (Olympique Lyon)
* Machado (Leixoes, Portugal)
* Cantera
Delanteros
* Blas Pérez (Hércules)
* Luis Suárez (Groningen, Holanda)
* Quique Martín (Salamanca)
* Edgar Manucharyan (Ajax)
* Zickler (Red Bull Salzburg
* Vágner Love (CSKA Moscú)
* Martín Palermo (Boca Juniors)
* Gastón Nicolás Fernández (Tigres, Mexico)
* Ismael Blanco (Colón, Argentina)
* Rodrigo Souza (Flamengo)
* Alberto Bueno (Real Madrid Castilla)
* André-Pierre Gignac (Toulouse)
* Johan Elmander (Toulouse)
* Cantera
martes, 20 de mayo de 2008
HISTÓRICO FRACASO
Y es que nosotros, aragoneses y zaragocistas, somos quienes realmente descendemos a Segunda. Porque los jugadores seguirán jugando en Primera en otros equipos, o en el extranjero en escuadras importantes. Pero quienes nos quedamos sufriendo somos nosotros, la afición y todos los aragoneses. Juegan ellos pero descendemos nosotros. Porque hemos sufrido una humillación histórica el año del 75 aniversario. Porque el año que viene Zaragoza se oirá mucho menos en los informativos y en los espacios deportivos ya no se nos volverá a nombrar. Porque el año que viene a La Romareda no van a venir Madrid o Barcelona sino Sevilla B o Castellón. Porque el año que viene Soria va a ser de Primera y no podremos aplaudirles en nuestra ciudad en unos partidos que son un derbi. Porque la Segunda División es un pozo negro que destroza deportivamente a los equipos que allí aterrizan. Conjuntos como Málaga, Cádiz, Sporting, Albacete, Hércules, Celta o Alavés, que han sido históricos de Primera, se han ahogado en esa categoria. Porque la Liga BBVA es como la LEB. Puedes tener un gran presupuesto pero eso no te asegura nada.
En 1808 Zaragoza vivió la primera batalla de Los Sitios. Zaragoza no se rindió y luchó, y siguió luchando y venció. Años después los franceses volvieron. Zaragoza no se rindió y luchó, y siguió luchando… y cayó.
(FRANCISCO JAVIER MILLÁN)
sábado, 17 de mayo de 2008
¿Qué hacemos con la ley electoral?
BREVE EXPLICACIÓN DEL SISTEMA ELECTORAL
El sistema electoral español está regido por la Ley Orgánica del Régimen Electoral General de 1985.
Mediante esta ley, para elegir los 350 diputados en el Congreso, España se divide en 50 circunscripciones correspondientes a las provincias y además se añaden como circunscripciones las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. A cada circunscripción le corresponden automáticamente dos escaños, salvo Ceuta y Melilla que tienen uno cada una. El resto de diputados se suma de forma proporcional a la población.
Caso distinto es el Senado. La Cámara Alta tiene un número de senadores poblacionalmente variable con dos sistemas de elección distintos: elección directa (por sufragio) y elección indirecta (eligen las asambleas de las Comunidades Autónomas). Para la elección directa de senadores España tiene como circunscripciones las 47 provincias peninsulares, Ceuta, Melilla y la excepción es que las islas se dividen para ser circunscripciones propias. El reparto de senadores por circunscripción en elección directa es de cuatro a las 47 provincias peninsulares, dos a las ciudades autónomas, tres a las islas mayores (Tenerife, Gran Canaria y Mallorca) y uno a cada isla menor (Ibiza-Formentera, Menorca, Fuerteventura, Gomera, Hierro, Lanzarote y La Palma). En la elección indirecta a cada CCAA se le asigna un senador que puede ser ampliado por el tamaño de población (un senador más por cada millón de habitantes).
El Congreso de los Diputados
En España la cámara que realmente tiene poder político importante es el Congreso de los Diputados y a su sistema de elección es al que van dirigido la mayor parte de las críticas. Por ello a partir de este momento vamos a dirigir nuestra mirada de forma exclusiva al Congreso.
Sistema D’Hondt
El Sistema D’Hondt es el procedimiento legal que se sigue en cada circunscripción para asignar representantes a la Cámara Baja.
Mediante este sistema sólo pueden entrar en el reparto de escaños aquellas formaciones que en su demarcación superan la barrera del 3% de los votos. Sin embargo el hecho de que los partidos puedan traspasar la barrera del 3% no es un pasaporte directo. De hecho en las pasadas elecciones Izquierda Unida ha tenido porcentajes de entre el 10% o el 15% en circunscripciones pequeñas y se han quedado sin representante.
El Sistema D’Hondt hace que nuestro sistema político sea proporcional (corregido porque ningún sistema puede ser totalmente proporcional). Esto permite que existan un gran número de pequeños partidos políticos que pueden llegar a tener voz y voto, aunque por otra parte también favorece el bipartidismo. Sin embargo esto también implica que los partidos políticos más fuertes deben hacer un gran esfuerzo para obtener mayoría absoluta porque si no se verán obligados a pactar con partidos minoritarios y/o muy localizados.
El actual sistema electoral también hace que existan partidos nacionales con un amplio número de votos con mucha menos representación que otros focalmente localizados. Por ejemplo Izquierda Unida (IU) con 963.040 sufragios ha conseguido dos diputados, los mismos que Bloque Nacionalista Gallego (BNG) con 209.042 votos. Otro caso es el de Unión Progreso y Democracia (UPyD) que con 303.535 apoyos ha obtenido un diputado, mientras que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ha sacado tres representantes más con 7.000 votos menos. Esto se debe a que hay pequeños partidos muy fuertes en los territorios en los que se presentan y que acaparan un número de escaños superior al de partidos de ámbito nacional, que en la suma tienen más representación total pero que en cada circunscripción apenas llegan al 3%. Una de las antiguas reivindicaciones de IU es cambiar el sistema electoral para tener la representación que merecen casi un millón de españoles.
También este tipo de reparto provoca grandes desigualdades porque las circunscripciones menos pobladas (como Soria o Teruel) están sobrerepresentadas mientras que las más pobladas ponen muy caro su escaño y están subrepresentadas. De esta manera en Teruel el PSOE tiene dos diputados con 37.784 sufragios y en Madrid IU ha necesitado 163.636 votos para obtener uno solo.
La fórmula D’Hondt hace que las provincias como Madrid, Barcelona o Valencia sean las que tienen unos resultados menos proporcionales. En definitiva lo que condiciona los resultados electorales es el tamaño poblacional de cada circunscripción. Cuando existen pocos escaños a repartir tienden a beneficiarse los partidos más votados, casi siempre PP y PSOE.
SOLUCIONES
Los partidos nacionales que no son Partido Socialista (PSOE) ni Partido Popular (PP), y los pequeños partidos territoriales, siempre han demandado un cambio de la ley electoral con el objetivo de ganar más representación. Sin embargo no especifican el modelo que habría que implantar y por ejemplo IU, con diferencia el partido más perjudicado, ha creado una página web (http://www.leyelectoraljusta.es/) y ha puesto en marcha una recogida de firmas para reformar la ley. Sin embargo simplemente matiza que quiere un modelo que “permita una verdadera proporcionalidad entre los votos recibidos por los partidos políticos y los escaños obtenidos por los mismos” sin precisar nada más.
Por ello en este ensayo voy a plasmar algunas posibles soluciones y de qué manera estaría configurado el Congreso siguiendo estas normas.
Ley D’Hondt y circunscripción única:
Este modelo supone que en vez de existir 52 circunscripciones existiría una única a nivel estatal, pero se mantendría la Ley D’Hondt para designar representantes. Sin embargo esta opción es completamente inviable porque sólo existen cuatro partidos que hayan superado la actual barrera existente del 3%: PSOE (43’64%), PP (40’11%), IU (3’80%) y CIU (3’05%). Esta opción haría de nuestro sistema político un bipartidismo todavía más pronunciado y permitiría gobernar con mayoría sin necesidad de recurrir a unos partidos nacionalistas que, de este modo, desaparecen.
Sistema proporcional de circunscripción única:
Con este modelo desaparecen las circunscripciones y se configura una circunscripción única de nivel estatal. Este sistema no aplica la Ley D’Hondt sino que se implantaría un escrutinio proporcional por el que cada partido está representado según el tanto por ciento sobre el total. Una persona, un voto.
Si después de haber aplicado los cálculos faltasen diputados, como es el caso, se asignarían los escaños restantes a los coeficientes decimales más altos.
Con estos cálculos entrarían a las Cortes multitud de pequeños partidos que configurarían un numeroso Grupo Mixto. Aplicando este sistema se rompería en cierta manera la tendencia bipartidista y perderían varios representantes tanto PP como PSOE. Sin embargo beneficiaría sobremanera al resto de partidos nacionales que son la tercera o la cuarta fuerza política y que les cuesta conseguir representantes en sus circunscripciones pero tienen bastantes apoyos a nivel español. Los partidos locales tampoco saldrían perjudicados y algunos como CIU o ERC incluso aumentarían su presencia. Además hasta 8 pequeños partidos también entrarían al reparto del Congreso.
Sistema dual
Este sistema mantiene el actual sistema electoral para elegir 350 diputados. Pero, respetando la Constitución, se ampliaría la cámara hasta los 400 congresistas. Estos 50 serían elegidos en una circunscripción única estatal, lo que permitiría aumentar representantes a los partidos globalmente más votados.
Este modelo (a mí me parece el idóneo) daría la oportunidad a partidos que acostumbran a ser la tercera o cuarta fuerza de aumentar la representación. IU, por ejemplo, vería aumentados sus delegados hasta poder formar grupo parlamentario propio y haría más justicia al número de apoyos con los que cuenta.
Partido Político | Circunscrip. actuales | Circunscrip. Estatal | Escaños totales |
PSOE | 169 | + 25 | 194 |
PP | 154 | + 22 | 176 |
CIU | 10 | + 1 | 11 |
PNV | 6 | - | 6 |
ERC | 3 | - | 3 |
IU | 2 | + 3 | 5 |
BNG | 2 | - | 2 |
CC | 2 | - | 2 |
UPyD | 1 | - | 1 |
Na-Bai | 1 | - | 1 |
También le daría más fuerza a los grandes partidos y permitiría que fuese más fácil gobernar sin recurrir a partidos localizados porque la gran parte de los nuevos representantes van a parar a los dos principales partidos.
Además en cierta manera se saldaría el problema de la subrepresentación de las circunscripciones más pobladas porque serían las que más aportarían a este reparto a nivel estatal.
Tampoco se perdería en ningún momento la pluralidad existente de partidos políticos, porque la actual proporción seguiría intacta. Simplemente la Constitución permite ampliar en 50 el número de congresistas y se haría aplicando un sistema electoral distinto. Habría que reformar la Ley Orgánica del Régimen Electoral General de 1985.
miércoles, 7 de mayo de 2008
Película: ¡OLVÍDATE DE MÍ!
¡Olvídate de mí! es una tragicomedia romántica estadounidense de 2004 dirigida por Michel Gondry, ideada por Charlie Kaufman y protagonizada por Jim Carrey y Kate Winslet. La película consiguió el Oscar al mejor guión original en 2005 y dejó maravillada a los críticos de cine.
En ¡Olvídate de mí! Joel (Jim Carrey) se enamora de Clementine (Kate Winslet) y comienza una relación de altibajos que termina de forma dramática cuando Joel se entera de que Clementine le ha borrado de su memoria. El golpe supone un trauma para él y decide reaccionar de la misma manera y ponerse en manos del Dr. Howard Mierzwiak (Tom Wilkinson). Sin embargo durante el proceso de desmemorización Joel redescubre su amor por Clementine buceando en los buenos y malos momentos de su relación e intenta sin éxito paralizar el proceso. La irónica providencia hace que ambos se reencuentren y vuelvan a enamorarse, pero esta vez hallan unos documentos que prueban ya habían mantenido una tortuosa relación en el pasado.
La peculiaridad de esta comedia romántica con tintes de drama es su cuidado y original guión que juega con el espectador hasta el punto de transmitir la misma incertidumbre, confusión y desmemoria que sufren los protagonistas. La trama de la película no es lineal, sino totalmente invertida. La historia se nos presenta al revés, con continuos cambios de espacio y tiempo, y el principio de la película es también el final. Es un montaje expresivo que apela a la inteligencia del espectador y le obliga a pensar para mentalmente clarificar la realidad de la historia. Sin embargo los guionistas incluyen varias pistas para que el público las relacione y les sea más sencillo unir la secuencia para descubrir lo ocurrido.
Por ejemplo la escena de inicio de la película es así mismo una de las escenas finales. Aparentemente Joel está despertando un día normal, y no hay nada extraño en ello, pero más adelante descubrimos que ese es el primer día de su nueva vida, tras haberse sometido al proceso de desmemorización para olvidar a Clementine.
Segundos después, al salir de casa, Joel encuentra su coche rallado y deduce que es culpa del automóvil que está aparcado a su lado, sin embargo no recuerda que fue la propia Clementine la responsable del desperfecto tras volver borracha una noche y haber chocado con una boca de incendios.
En la estación de tren Joel siente una corazonada y cambia de destino. En el pueblo al que viaja se reencuentra con Clementine, a quien no reconoce, y durante su conversación la chica le pide que no cante un fragmento de Huckleberry Hunt, una famosa canción que incluye su nombre. Pero Joel dice no conocerla. Buceando en sus recuerdos descubrimos que en su primer encuentro Joel le cantó esa canción, pero también la había olvidado.
En definitiva es una película muy psicológica que, pese a las pistas, obliga a reflexionar al espectador para que ordene mentalmente las secuencias cronológicamente. El filme también cuestiona la propia condición de lo real y lo irreal.
La película es en sí surrealista, ya que se dan situaciones demasiado casuales, irónicas o poco creíbles. Esto es precisamente lo que le dota de cierta comicidad, aunque no tanta como la que podría suponerse por la presencia de Jim Carrey, un actor de comedia comercial que ha demostrado que también puede adaptarse al drama, con una interpretación expresiva que transmite fuertes emociones. Kate Winslet tampoco le va a la zaga y hace una excelente caracterización de la particular y excéntrica Clementine.
En cuanto a elementos formales la película juega con cambios constantes de lugar y tiempo. Por ejemplo hay una secuencia en la que Joel va a la biblioteca donde trabaja Clementine y ésta no le reconoce porque se había sometido a la desmemorización. Entonces se da un salto temporal y espacial hacia delante, justo al momento en el que descubre que Clementine le había olvidado voluntariamente. El cambio se da de forma peculiar porque se apagan las luces de la biblioteca conforme Joel camina hacia la salida, y una vez pasada la jamba aparece en el cuarto de estar de la casa de unos amigos. Este vanguardista método es repetido a lo largo de la película.
Similar es la manera en la que se plasma el olvido, porque una forma de demostrar cómo se derrumba el laberinto de su memoria es mostrando escenarios que también se derrumban o elementos que desaparecen de manera instantánea.
Hay otro elemento trascendente en la película y que llama la atención del espectador: la permuta del color de pelo de Clementine. A lo largo de la película la chica aparece con tres colores diferentes: verde, naranja y azul, que además se adaptan a su estado anímico y al grado de relación con Joel. Cuando ambos se conocen Clem tiene el pelo verde, en el momento álgido de su relación se tiñe el pelo de naranja (por eso Joel le llama cariñosamente mandarina), y en el tortuoso final y el olvido su pelo se vuelve azul, color que mantiene hasta el final de la película. Este colorido elemento también ayuda al espectador a organizar la historia.
El color del pelo de Clementine también llama mucho la atención por los tonos fríos y apagados que dominan la película, hasta el punto de que son varios los paisajes nevados y helados que aparecen. En los instantes en los que se recuerdan escenas de playa, normalmente parajes soleados y luminosos, el ambiente es de tormenta. Incluso cuando mezcla recuerdos aparecen en una playa nevada lo que es una metáfora de la confusión que le impregna su mente. Es un reflejo de la dualidad de su relación, de los momentos cálidos y fríos, de las alegrías pero con fondos tormentosos por los que han pasado.
En definitiva ¡Olvídate de mí! ha conseguido merecidamente el Oscar al mejor guión original ya que es una tragicomedia romántica, psicológica y vanguardista impactante que tiene una pretensión de trascender y obligar a reflexionar al espectador para componer su propia realidad de la historia.