jueves, 22 de abril de 2010

Para el día de mi adiós...

Este último mes realmente está siendo bastante negro para mi, y ello me ha hecho pensar en la muerte. O mejor dicho, me ha hecho recordar la muerte, porque creo que alcancé la madurez cuando comencé a debatir con ella y terminé aceptándola.

La muerte para mi no es un suceso trágico, sino un adios amargo que casi nunca te da permiso para una despedida. En conciencia lamento la muerte de mis seres queridos en la medida en la que creo que si me hubieran dicho "tienes cinco minutos para despedirte" hubiera podido decirles todo lo que ya nunca me escucharán, y especialmente hubiera podido honrarles con un GRACIAS mayúsculo... que bonito sería que el día de mi muerte pudiera escuchar con sinceridad y gozo un "GRACIAS por lo que has supuesto en mi vida"...

La muerte es una sombra invisible que acecha constantemente, y no sabemos cuando nos sorprenderá. Cada minuto que pasamos en esta tierra es una victoria de la vida. Pero yo asumo que la grandeza de la existencia pasa por la decepción del final, aunque reconozco que no siempre soy capaz de aprovechar al máximo esos regalos en forma de latido constante.

Espero que Dios aun me aguarde un largo camino, pero quiero hacer desde este blog una reflexión por si algún día llegase prematuramente mi final. Mi vida es feliz y hermosa, otra cosa es que no siempre soy capaz de darme cuenta. Porque la existencia en sí es magnífica, ocurra lo que ocurra... de verdad.  Y sobre todo hay un sentimiento que tengo y siempre he tenido, y es el de gratitud. Nadie jamás me ha lastimado de manera grave, a nadie guardo rencor, más bien al contrario, os aseguro que tengo una gratitud infinita por todas las personas que conozco. Y acompañando a esta actitud también ruego humildemente perdón por si a alguien le he herido. En conciencia yo creo que siempre he intentado ser una buena persona, no una persona perfecta, pero una persona buena. 
Para ir terminando, una exigencia para el día de mi adios: ¡no quiero ver ni una lágrima de dolor! Siempre he sido una persona que ha intentado llevar la sonrisa con orgullo en mi cara. La alegría alegría genera, el llanto solo más llanto ¿y acaso no es hermosa la risa? Desgraciadamente en mi propia familia veo a menudo demasiado dolor, demasiada amargura, demasiada lágrima. Por ello en mi funeral yo querría que se riera, que la gente pudiera divertirse, que fuese un punto de encuentro de familiares y amigos que se saludasen con cariño y pudieran todos juntos, con una sonrisa en los labios, lanzarme un último adios. 

Una última cosa, hoy en el funeral por Juan Antonio Samaranch ha sonado una de mis canciones preferidas, y le ha dado un carácter especial al sepelio. Yo también quiero música en mi funeral, y os dejo aquí algunas canciones que me gustaría escuchar desde el cielo.

Amigos para siempre, obligatoria

Somewhere over the rainbow, una canción muy tierna, una puerta al sueño

Hoy te toca ser feliz, un lema en mi vida

Y otra con la que me caracterizo, y quizás la más importante: Mira siempre el lado bueno de la vida

Y bueno, de paso os dejo algunas otras canciones que me gustaría que todos los que me conoceis escucháseis: Smile, Passerà o Aleluya.

miércoles, 21 de abril de 2010

ACT NOW!

Una buena amiga canaria me ha enviado un video y me ha dicho: "Ponlo en tu blog!!!! Es muy importante. Gracias". Así que oye, ella manda, yo obedezco. Y además, aunque no soy un gran baluarte del ecologismo, admiro a quienes impulsan una conciencia verde. Así que tomo sus palabras y digo: Act now! Act the f'ck now! Don't talk, DO!


Samaranch, bandera del Olimpismo



Juan Antonio Samaranch moría este mediodía en la Clínica Quirón de  Barcelona a los 89 años de edad. Así, de repente. En solo unas horas desde que entró por su propio pie a la clínica catalana, su llama se apagaba por una insuficiencia cardiaca.

De Samaranch no se mucho, más allá de lo que he podido leer y escuchar en los últimos minutos. Sobre todo desconocía su increíble repercusión mundial, con lo cual me planteo ¿ha muerto el español más influyente en los últimos 50 años o más? ¿ha muerto el hombre que ha conseguido hacer del olimpismo un arte de convivencia intercultural? ¿ha muerto la figura más admirada y respetada por los deportistas de medio mundo?

De Samaranch yo sabía únicamente que, como presidente del COI que fue durante 20 años, fue una pieza fundamental para conseguir las Olimpiadas de Barcelona 92 y un baluarte firma a la hora de defender las dos malogradas candidaturas de Madrid para 2012 y 2016.

Ahora sé mucho más, pero quiero transmitiros mi asombro recomendándoos que miréis estos periódicos británicos, franceses, italianos, alemanes o chinos, donde en portada aparece la muerte de Juan Antonio Samaranch, la verdadera bandera del Olimpismo moderno. Descanse En Paz.

... Tristemente, demasiadas noticias luptuosas el último mes.

sábado, 17 de abril de 2010

Polonia... país eternamente huérfano


Qué desgraciados y desdichados los polacos, eternamente huérfanos... Polonia es un país construido y defendido desde el dolor y el horror, que cuando empezaba a ver la luz y rendía con nostalgia homenaje a sus heroes de Katyn, aniquilados hace 70 años, se encontró de nuevo con la tragedia.

Lech Kaczynski, su esposa, y TODA la clase dirigente de Polonia viajaba en el mismo avión rumbo a Smolensk (Rusia), donde en 1940 la Unión Soviética masacró a más de 15,000 polacos en el Bosque de Katyn. La razón, un sentido homenaje que se convirtió en un nuevo funeral. El avión volaba bajo, en una zona boscosa, entre la niebla, y se estrelló. Todos los ocupantes murieron, desde familiares de víctimas hasta el propio presidente, pasando por el Jefe del Ejército o el primer presidente polaco en democracia.
Desde aquí sirvan estas lineas como un llanto por la agonía de Polonia, un pueblo que me cae simpático, un pueblo de fe con un camino muy tortuoso en sus espaldas. En Bruselas, durante mi Erasmus, conocí a dos buenas amigas polacas: Kasa y Ewelina. Hablé con ellas después de esto, y estaban hundidas. No se trataba de lamentar la muerte de unos políticos y otras autoridades, cualquiera que fuese el color que defendieran, se trataba de llorar la desgracia de un pueblo que, huérfano eternamente, se pregunta "¿por qué?".

viernes, 16 de abril de 2010

Un nuevo ángel al Reino de Dios. Abuelo, D.E.P.

Este es un post muy duro... duro porque es un post de adiós, de adiós a un ser querido, a mi abuelo Paco. 
Mi abuelo llevaba enfermo más de siete años. Científicamente haber sobrevivido hasta el 2010 era poco probable, pero saber que cada día de su vida era un milagro no es un consuelo... Mi abuelo fue empeorando poco a poco hasta el punto de no poder moverse y estar sempiternamente postrado en una cama. Fue perdiendo visión y se quedó ciego. Fue perdiendo audición y quedó prácticamente sordo. Pero mi abuelo tenía ganas de vivir ¿por qué? porque nunca se rindió ante nada... hasta que no pudo más.

Era 1 de abril, fecha de mi vigésimosegundo cumpleaños, cuando después de haber tenido una jornada feliz en el primer día de Pascua en Siete Aguas (Valencia) me llamó mi padre y me anunció la dramática noticia. El abuelo se había apagado como vivió, poco a poco y sin hacer ruido, mientras merendaba. Entonces me hundí, lloré... pero me levanté. Me tocaba estar junto a la familia, especialmente junto a mi madre, que siempre ha sido una mujer muy sensible y muy apegada a su padre. 
Después de haber estado preparando la Pascua a primera hora de la mañana la tuve que abandonar y coger el primer autobús rumbo a Zaragoza. Llegué al mediodía y sin comer fui directo al tanatorio. Estuve allí toda la tarde, viendo como mi abuelo era una persona muy querida y admirada. Eran fechas festivas y aún así no paraba de llegar gente.  Pero aún más espectacular fue al día siguiente. El sábado santo se celebró un amable sepelio en el Colegio Cristo Rey de los escolapios. ¡Estaba a revantar! Lástima que ese bonito círculo de amigos solo se reúna con estos motivos. 
El funeral fue una canción de alegría y agradecimiento por la vida de nuestro abuelo. No hubo eucaristía, sino lectura de la Palabra (tradición pascual). Y creo que el momento más emotivo fue cuando hablamos los nietos recordando anécdotas bonitas con el abuelo Paco. Begoña, Héctor, Andrés y servidor. Y aunque estábamos en un funeral hubo risas.
Para terminar quiero recordar el momento que más me impactó. Al acabar la celebración se me acercó un hombre en silla de ruedas, creo que es escolapios, y con un sonrisa de oreja a oreja me dijo "Felicidades y enhorabuena por el gran abuelo que has tenido", y rió. 
Pues eso, que abuelo, muchísimas gracias por la vida que hemos compartido juntos. Ahora ya, desde el cielo junto a tu Reina, podrás seguir velando por mí y por toda la familia. Te quiero. Descansa En Paz.