Dentro de apenas 16 horas arranca el mayor espectáculo del mundo: la Copa Mundial de Sudáfrica 2010.
Y es que un Mundial no es solo un show deportivo o una industria tremenda que genera millones de dólares, es también un fervor de sentimientos, de locura patria y de cohesión global. Mexicanos, cameruneses, daneses, españoles, coreanos, argentinos... todos juntos viviendo la gran fiesta del fútbol.
Del 11 de junio al 11 de julio medio mundo se va a paralizar, vibrando cada tarde con el juego de su selección, pendiente de números y puntos, de eliminatorias, de minucias que separan la decepción de la gloria.
¿Y realmente España puede hacer algo? Pues por supuesto que sí, que nadie nos prohíba soñar. Con números en mano y con el juego clavado en la retina, España es la favorita número 1. Por supuesto no siempre gana el principal candidato o quien más lo merezca, pero son 13 presencias en una Copa del Mundo en las que España, eternamente gafada, se ha vuelto con lágrimas en los ojos. La historia del fútbol nos merece un Mundial. Y yo sueño, y yo digo que España, el 11 de julio en Johannesburgo, levantará el trofeo que nos acredite que somos los mejores del mundo. Porque me gusta soñar, y he empezado a hacerlo. Por favor, que nadie me detenga.
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