El Street Marketing es una manera de desarrollar publicidad no convencional que a mi personalmente me apasiona. Entiendo las pegas que la caracterizan, principalmente arraigadas en la escasa audiencia que puede recibir el impacto (en general). Pero argumentando mi postura más comercial ante esto planteo dos cosas: la primera es que muchas veces una campaña de publicidad no convencional, y sobre todo en este caso el Street Marketing más original, consigue una mayor penetración en el público debido a que pasan a formar parte de la acción comunicativa y se sienten involucrados de manera especial. Quizás si hubieran visionado solamente un anuncio sobre el mismo producto/servicio/institución/o recomendación, la mayoría de ellos habrían ignorado el impacto y no hubieran actuado, pero de otra manera puede conseguirse una comunicación y una reacción más eficaz y, además, sin grandes costes.
Mi segunda matización está relacionada con la creencia de que el número de impactos es tremendamente menor. Sin negar que en un principio es así, gracias al uso y desarrollo de las nuevas tecnologías podríamos convertir un breve y practicamente ignorado acto comunicativo en todo un fenómeno social y multiplicar a límites insospechados nuestros impactos sin haber tenido que sumarle un solo duro.
Este video de Street Marketing es una buenísima campaña de una ONG de ayuda a afectados por el Alzheimer, que prácticamente con un presupuesto nulo, ha conseguido no solo llamar la atención de los pocos viandantes que han recibido el mensaje (quienes seguramente amplíen los impactos contando su experiencia a modo de anécdota a seres cercanos), sino que también ha conseguido presencia en varios blogs, redes sociales o soportes como YouTube donde ha sido visionado por 518.000 personas.
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